Inteligencia Artificial y la Energía del Futuro
Cada día el término inteligencia artificial es más conocido por su implantación en todos los ámbitos de la sociedad. Esta innovación, que lleva años de desarrollo, está alcanzando las cotas más altas desde sus primeros pasos.
La IA no es más que la capacidad adquirida por máquinas (dadas por los seres humanos) para pensar, razonar y aprender de manera muy similar a como lo haría una persona.
La inteligencia artificial tiene un propósito muy simple: liberar al humano de una tarea tediosa para que sea capaz de innovar en una tarea intelectual, es decir, el trabajador que hoy en día no puede respirar porque está trabajando día y noche en diseñar o prototipar algo, no tiene tiempo de pensar en lo nuevo.
Hay que tomar el ejemplo de empresas como Google y Amazon, las cuales no viven de sus productos, sino de la innovación: son empresas que se enfocan en innovar, razón por la cual son las que van a la vanguardia. El valor que tiene la inteligencia artificial es ir un paso adelante.
Optimización de la Energía
La Inteligencia Artificial nos permite adaptarnos al entorno, es decir, nos permite hacer algo que nosotros no somos capaces de hacer: manejar ingentes cantidades de datos que, además, han de tratarse de una forma lógica y razonable.
En el terreno de la energía en concreto, se cuenta con datos sobre meteorología, salud o el comportamiento de las personas relacionadas con el sistema: quiénes generan electricidad, quiénes la transportan y distribuyen y quiénes la consumen. Datos de los que, bien analizados, se puede obtener un conocimiento a medida del sector.
Con los datos, se trabaja en predicción de la producción, también de energías renovables, y de la demanda, con la implantación de los contadores inteligentes.
La capacidad de la Inteligencia Artificial para el ahorro de la energía permite analizar conjuntos de datos masivos que pueden aportar estabilidad y eficiencia a estas nuevas fuentes de información.
Además, se detectan incidencias técnicas y no técnicas, como el fraude energético. Todo ello para conseguir la optimización del modelo energético, con las consecuentes ventajas económicas y medioambientales.
Casos en la Industria Energética
Por el lado energético, también existen empresas con avances en la implementación de la Inteligencia Artificial para ser cada vez mejores, más competitivos, y comprometidos con un mejor mundo. Según un reporte del Greentech Media, el mercado americano de almacenamiento energético cumplió el hito de desplegar más de 1.000 megawatts por hora entre el 2015 y el 2019.
Se tienen como ejemplo el departamento de energía estadounidense en el año 2018, y Siemens que han trabajado en redes autónomas.
En California se desarrolló Athena (Stem) que usa la inteligencia artificial para mapear el uso de energía permitiendo a los usuarios hacer seguimiento a las fluctuaciones y así almacenar de manera más eficiente.
Las redes eléctricas ahora recolectan energía de diferentes fuentes, incluida la eólica, solar y eléctrica, tiene un funcionamiento que se ha vuelto más complejo.
También hay aplicaciones para mitigar las fallas. Se tiene el caso de una planta a carbón en India, donde hubo una explosión por escape de gas.
En una mirada acerca del futuro de la industria energética, los desafíos seguirán en torno a cómo generar, vender y distribuir la energía.
La presión estará en detener la emisión de carbón y, como resultado, se deben hallar métodos para manejar el incremento de gigawatts impredecible, energía renovable que depende del clima, los costos de la electricidad (tanto para las personas como para los gobiernos).
En síntesis, la conjugación de la innovación tecnológica y herramientas analíticas potenciará la Inteligencia Artificial que ha de apoyar en el «que-hacer» del futuro: a nivel de individuos, como a nivel empresarial e industrial.
Sin duda se trata de la oportunidad de usar el activo existente en los datos.
La Inteligencia Artificial es una realidad en industrias como Salud, Banca y Retail, y sin duda existen variadas oportunidades en el campo de la Minería y Energía, aumentando los indicadores financieros de las empresas.