¿Cómo se Purifica las Aguas Residuales?
Los procedimientos de purificación de aguas residuales dependen de las condiciones ambientales e hidráulicas de la fuente, así como también del grado de contaminación que tenga el curso de agua.
Las aguas de pozos profundos y nacientes de ríos presentan tales condiciones, que sólo requieren tratamientos básicos para potabilizarlas y hacerlas aptas para el consumo humano, mientras que los cursos de aguas superficiales, como los ríos a lo largo de su trayectoria, pueden requerir un grado superior de tratamiento debido a que los mismos están contaminados con grandes cantidades de materia orgánica proveniente principalmente de las actividades antropogénicas.
La materia orgánica que está presente en los cursos de agua incluye microorganismos, plantas, animales y sus desechos, mientras que gran parte del particulado inorgánico mineral presente en la misma se debe al desgaste atmosférico o erosión natural de las rocas.
Purificación de Agua
Entre los objetivos que debe cumplir una planta de purificación de agua, están el modificar, transformar, manejar y mejorar la calidad del agua natural, para hacerla apta para el consumo humano.
Estos objetivos se logran realizando en forma adecuada procesos de coagulación, floculación, sedimentación, filtración y desinfección, los cuales se explicará en posteriores artículos.
Coagulación y Floculación
En el proceso de coagulación, mediante la adición de químicos al agua, se logra desestabilizar las cargas de los coloides, pequeñas partículas que no sedimentan, y formar grandes coágulos o flóculos, proceso conocido como floculación.
Este proceso de coagulación-floculación permite eliminar flóculos de material coloidal y gran parte de los microorganismos presentes en el agua.
Coagulación-Floculación |
Sedimentación
En el proceso de sedimentación, los flóculos formados son eliminados por decantación o por filtración a través de medios porosos que retienen las partículas más pequeñas, incluyendo microorganismos.
Tanque Sedimentador |
Desinfección
En el proceso de desinfección son eliminados los microorganismos remanentes en el agua. El cloro es el gas que se utiliza para este proceso que, a pesar de ser efectivo para destruir bacterias, tiene poco efecto sobre los virus y huevos de protozoarios.
Generalmente, la cantidad de cloro necesaria se incrementa en función de la cantidad de materia orgánica presente en el agua, pero recientes estudios han demostrado que el cloro puede combinarse con ciertos compuestos orgánicos y producir sustancias cancerígenas, por lo que aplicar esta táctica resulta peligroso.
Y para complementar bien el tema, os recomiendo darle un vistazo al siguiente vídeo donde se muestra detalladamente el funcionamiento de una planta de tratamiento de aguas residuales.